Otra estela funeraria del Museo Arqueológico Provincial de Burgos que me llamó la atención fue ésta que una mujer llamada simplemente Anna dedicó a su hija Albina, muerta a los 16 años de edad.
Prueba del dolor que debió de sentir esta mujer por la muerte temprana de su hija es que mandó que en la estela se añadiera años después la fórmula "et sibi" al final del texto.
Cuando murió, Anna quiso que sus propios restos se colocaran junto a los huesos de su hija, y así al pie de la estela descansasen ambas protegidas por sus dioses manes, juntas para siempre.
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